Del griego arcaico hasta aquí, sobre gustos hay tanto escrito… Un centenar de teorías, ergo lo que estoy por suscribir.
Sería iniciado quien haya experimentado el repertorio de aquella que dice ser la madre de mi madre (también acusa ciudadanía italiana, pero nadie la ha escuchado decir jamás palabra alguna en dialetto)
En un peldaño menor en el ascenso al frenesí de la vigilia, se encuentran los frutos del servicio que tan bellamente nos arrima el capitalismo fordista: El Piave, Munchis, Freddo y algunos sitios menores en fama pero no en importancia a la hora de administrar plenitud de ser.
Sugiero aquí, en este acto-de-iniciación, que todo instante mesiánico, se inicia con el desvelo de la verdad de todas las verdades (pues no hay gusto estético sin paladar): Chocolate Blanco full.